Este libro viajero irá a todas las casas de Transición A a través de nuestro blog. Todos los fines de semana, se publicará un final y todos haremos los comentarios respectivos. ¡Espero toda su participación!
Aquí está el comienzo...
EL COCO
Luisa Villar Liébana
Diego se asustaba del coco. -¡A la cama! ¡Es la hora! - dijo Viky.
Diego recogió sus cosas, se puso la pijama, y se acostó.
-¡Ya está! Así me gusta. ¡Cierra los ojos!
Diego cerró los ojos, pero no estaban dormidos.
-Además, que si no te duermes, viene el coco - le advirtió Viky.
¡Huy!... Diego se asustó. Ahora sí que no podría dormir. El coco le daba miedo, era feo, con el pelo tieso. ¡Por favor, por favor, que no apareciera por allí!
Viky apagó la luz y salió de la habitación. Hacía una noche muy oscura. Si aparecía el coco, Diego se moriría del susto. Se tapó la cabeza, no se atrevía ni a abrir los ojos. Nunca lo vio, pero ¡le daba tanto miedo!
De pronto se oyó un ruido: "¡Sssssssssuisf!"
A Diego, los dientes le empezaron a chocar unos con otros. "Tic, tic, tic... Tic..."
¡Estaba aterrorizado!
Abrió los ojos con precaución. ¡Ay, qué miedo! Por suerte era un cometa, que se acercó a la ventana para darle las buenas noches.
"¡Sssssssssuisf!"
Le dio las buenas noches, y se marchó con su cola iluminada. Entonces te durmió.
Al día siguiente estaba cansado. En el colegio tenía sueño. La profesora, que se llamaba Sol, dijo: -Este niño no duerme de noche, por eso de día se queda dormido.
Viky pensó en acostarlo más temprano. Los papás de Diego estaban de viaje, y ella lo cuidaba mientras tanto. Al llegar la hora dio una palmada.
-A la cama, Diego. Así me gusta. Cierra los ojos, que yo te vea. Hay que descansar.
-Además, que si no te duermes, viene el coco.
Viky cerró la ventana y salió de la habitación. Diego no podía dormir. El coco... ¡Ay, que no se presentara! De pronto oyó un ruido. "¡Bisssbús! ¡Bisssbús! ¡Bisssbús!"
Abrió los ojos y respiró con cuidado. Eran tres estrellas habladoras, que se acercaron a la ventana para darle las buenas noches. ¡Casi despiertan a todo el mundo! Se empujaban para ver a Diego y se reían. Eran estrellas muy alegres. Cuando se marcharon, entonces se durmió.
Al día siguiente, ¡estaba tan cansado!
-Este niño no duerme -dijo de nuevo la profesora. Y Viky se preocupó. Si no dormía, podía enfermar. No quería que esto sucediera ahora que sus padres no estaban en casa. Aquella noche vigilaría su sueño. Cuando llegó la hora, dio una palmada:
-¡A la cama, Diego!
Diego se puso la pijama.
-¿Estás durmiendo ya? -Todavía no. -¡Jesús!, ¿cómo que no?
A ver, esos ojos bien cerrados. Que no me iré de aquí hasta que te duermas. Diego los cerró. Y, como Viky estaba allí, se quedó dormido. Ella se acercó a la ventana. "Humm..." El aire estaba húmedo, seguro llovería. Dejó la ventana entreabierta para no despertar a Diego; más tarde la cerraría, cuando el sueño fuera más profundo. Y salió de la habitación.
Entonces sonaron unos golpes: "Toc, toc, toc, toc". La ventana se abrió y se cerró, y dejaron de oírse más ruidos. Diego se despertó. Asomó la cabeza entre las sábanas. ¿Habría entrado alguien? ¿Sería el coco?
Se incorporó con cuidado. Tenía miedo y encendió la luz. A los pies de la cama había... ¡una figura horrenda!
Era una bola verde con los ojos y la boca verde. Un par de orejas y una nariz. Tenía el flequillo tieso, los brazos largos y las piernas muy delgadas. ¡El coco!
Bueno.... esperemos a ver en qué termina esta historia...
Súper chevere la idea de desarrollar la imaginación de nuestros niños y además ver que se les ocurre de fin de la historia!! Excelente idea
ResponderEliminarLo importante es que todos, Miss Paula, padres de familia y niños, nos involucremos en este proceso para dar una muy completa retroalimentación a los niños, que ellos sepan lo que opinan las personas que leen sus escritos, cual es su percepción y que ellos reconozacan sus fortalezas y los aspectos que deben seguir trabajando.
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